Aire puro, tierras ricas y verdes, leche natural de la montaña y el trabajo artesanal de una pequeña quesería rural: así es como nace nuestro Fior delle Alpi, una auténtica joya de las montañas suizas, oculta bajo una corteza oscura.

El dulce olor a la leche caliente que impregnaba la cocina de nuestras abuelas, el sabor de los finos cristales de sal que se deshacen en la boca... el Fior delle Alpi tiene un carácter tan inconfundible como su lejano lugar de origen. La leche fresca de montaña recoge de los prados verdes mcon sus delicadas hierbas ese aroma intenso y especiado tan único. Siguiendo una antigua receta, esta leche se trabaja de manera artesanal en las pequeñas queserías de montaña.

Son necesarios atentos cuidados, una gran calma en las bodegas de maduración de Lustenberger & Dürst y al menos doce meses de espera, para que el Fior delle Alpi alcance todo su sabor y este listo para que, el afinador le dé su aprobación.